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Sonrisas en la II Guerra Mundial...(gracias a historia con historia)

No me pregunten como han llegado a ese estado. No tengo ni idea.

El ser humano posee una característica muy especial que nos diferencia del resto de especies y esto es su sentido del humor (del buen humor, claro). Es esta capacidad de sonreír la que nos ayuda a sobrevivir en numerosas ocasiones pues una risa a menudo es más persuasiva que cualquier arma y más sanadora que cualquier medicamento. Esto explica como es posible que las personas, en medio de la la más cruel de las guerras y rodeadas de caos y destrucción, busquen cualquier ocasión para esbozar, al menos, una sonrisa.

Como estos soldados alemanes que se inmortalizan con sus camisones puestos.

También la diversión se busca a través del juego. Como estos otros soldados alemanes que disfrutan a lo grande jugando con una… ¡granada de mano!.

También los soldados se ríen recordando la batalla del día anterior. Aunque seguramente, en este caso, se ríe porque todavía puede contarlo.

Todos hemos visto como se envían “recaditos” unos a otros por medio de las bombas. Como en este caso que están felicitando la navidad.

Lo que es menos habitual es que el mensajito vaya grabado en las cabezas de los marinos.

Hell (infierno)

A veces el alivio de las tensiones se busca de otros modos. Como por ejemplo está haciendo este marino.

Y por lo que se ve, lo de la famosa disciplina germana es cierto, ya que hasta para “aliviarse”, lo hacen todos a una orden (lo cual tiene su merito).

Y es que de esto no se libraban ni los generales. Aquí tenemos al general Patton en plena inspección.

Y es en que en ciertos momentos resulta muy difícil mantener una postura marcial. Como le ocurre a este oficial alemán herido en salva sea la parte.

Pero lo importante es mantener la moral alta. Y si no que se lo digan al que está achicando agua. Seguro que piensa que terminará flotando.

Aunque si lo que estás es muy cansado, lo mejor es echar una cabezadita… ¡encima de una mina!.

Pero sin duda, el momento más feliz de todos, era cuando papá volvía a casa.

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