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El coche bomba en Nueva York como respuesta a los aviones no tripulados de EEUU en Pakistán ...gracias a http://blogs.20minutos.es/enguerra/

Como escribimos hace ya cuatros años: algún día los libros de historia recogerán que los aviones no tripulados se emplearon por primera vez de forma masiva en el verano de 2006, cuando Israel lanzó decenas de modelos Hermes 450, Heron 1 y Searcher 2 a los cielos de Gaza y Líbano para luchar respectivamente contra Hamás y Hezbolá.

Quizás porque fuimos testigos directos de aquellas acciones – que marcan un salto cuantitativo en el uso de los ingenios robóticos en la guerra y que les sirvieron de tan buena publicidad que pocas fuerzas armadas del mundo resistieron la tentación de salir a comprarlos o producirlos -, desde entonces hemos profundizado en este blog sobre la génesis y el desarrollo de los aviones no tripulados, además de plantear los dilemas éticos y geoestratégicos que su utilización conlleva.

Aquel zumbido que a todas horas sobrevolaba el barrio de refugiados de Yabalia o la ciudad de Bint Jbeil, y que aún recordamos con cierto desasosiego, nos acompañó cuando reconstruimos la génesis de los drones en EEUU tras la segunda guerra mundial, y luego el vertiginoso progreso que experimentaron en Israel de la mano de Alvin Ellis como consecuencia de la respuesta de las baterías antiaéreas egipcias durante la guerra de Yom Kippur.

Dedicamos varias entradas a repasar de forma exhaustiva el surgimiento del más famoso de los UAV: el Predator y sus posteriores versiones, incluido el Reaper. Vimos cómo son dirigidos en sus misiones sobre Pakistán, Irak o Afganistán desde la base Nellis, en Nevada.

También seguimos de cerca el uso de estos aparatos por parte de Irán, Líbano, Rusia, Georgia, Pakistán. Empleo que se dedica asimismo en la lucha contra la piratería y en la vigilancia de la frontera entre EEUU y México. Hace una semana dábamos cuenta de la decisión de España de entrar en esta carrera gracias a la asesoría técnica de Israel.

Además reflexionamos sobre cómo están cambiando las reglas del juego geopolítico los drones, ya que su despliegue implica la sistemática vulneración del espacio aéreo de otros estados con muchas menos consecuencias que si se tratase de cazas tripulados como los F-16, pero con consecuencias al fin según demostraron las aireadas quejas del gobierno de Islamabad por las incursiones de los Predator en su territorio hasta que salió a la luz a través de Google Earth que algunos drones estadounidenses partían desde bases en el propio Pakistán.

Un debate necesario

Hace un año abordamos otra cuestión fundamental: las bajas entre civiles que provocan los ataques teledirigidos de los Predator y el importante debate ético que su uso debería poner sobre la mesa. Escribimos:

De los 60 ataques llevados a cabo por los aviones no tripulados estadounidenses con base en Afganistán a través de la frontera sobre Pakistán entre el 14 de enero de 2006 y el 8 de abril de 2009, sólo diez consiguieron dar con sus objetivos, matando a 14 líderes de Al Qaeda, además de matar a 687 civiles inocentes paquistaníes. El porcentaje de éxito de los Predator no supera así el 6%.

Y nos preguntamos si no era un contrasentido que la administración Obama hubiese hecho público su malestar por las muertes de civiles por bombardeos en Afganistán, explicando que no hacía más que empujar a la población civil a apoyar a los talibanes y tomando la posterior decisión de reducir el apoyo aéreo a las misiones de la ISAF, y que al mismo tiempo siguiera con la estrategia de dejar que los Predator lanzasen misiles Hellfire sobre Pakistán.

Esta nada breve introducción viene a colación de una noticia aparecida hoy en el New York Post, según la cual, Faisal Shahzad, el joven paquistaní que hace apenas unos días intentó llevar a cabo un atentado terrorista con un coche bomba en Nueva York, habría confesado que lo hizo como respuesta a “las masacres que durante ochos meses vio cometer a los aviones no tripulados en Pakistán”. Versión que refuerza el vídeo grabado por Qari Hussain Mehsud, líder talibán en Pakistán, que también habla de “venganza” por el uso de los Predator.

Dejando a un lado la credibilidad que podamos dar o no lo que publica el sensacionalista periódico de Rupert Murdoch, lo cierto es que suman más de 1.000 los civiles muertos en Pakistán por la acción de los aviones no tripulados en 121 ataques.

Y si bien parece acertado lo que escribe Noah Sachtman en Danger Room, que no se pueden establecer relaciones tan simplistas entre causas y consecuencias, también es cierto que el siempre postergado debate público y político sobre los aviones no tripulados, sobre las implicancias jurídicas, éticas y estratégicas de esta forma de hacer la guerra por control remoto, debería tener lugar de una vez por todas.

Fotos: AP/Reuters

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