Blogia
SUPAY-666

Un millón de ASESINADOS en Irak

Un millón de muertos en Irak

Cientos de miles de iraquíes murieron a raíz de la ocupación estadounidense y la consiguiente guerra civil desencadenada por la licuación de Irak como estado nación. Pero las decisiones de la administración Bush se vuelven, casi 5 años después, también contra su propio país, a partir de la recesión que comienza a afectar su economía, y en la que el elevadísimo precio del petróleo junto a la incertidumbre que genera en los operadores financieros globales la prolongación indefinida de la guerra cumplen un importante papel.

Según una investigación llevada a cabo por la encuestadora británica Opinion Research Business (ORB) y el Independent Institute for Administration and Civil Society Studies (IIACSS), posiblemente 1.033.239 personas perdieron la vida a raíz de la ocupación militar de Irak por las tropas estadounidenses y sus aliados.

Ambas instituciones dieron a conocer el pasado 31 de enero los resultados del análisis de las respuestas obtenidas a través de 2 mil 414 entrevistas efectuadas a iraquíes mayores de 18 años, a quienes se les preguntó si tenían algún familiar muerto a consecuencia de la ocupación extranjera.

Según el comunicado de ORB, “el análisis detallado (que se encuentra disponible en nuestro sitio web: http://www.opinion.co.uk/Documents/New%20Casualty%20Tabs.pdf) indica que más de dos quintos de los hogares de Bagdad han perdido a un miembro de la familia, proporción más alta que en cualquier otra zona del país. Mientras tanto, entre quienes están dispuestos a declarar su doctrina religiosa (y por razones obvias, bastante cerca de la mitad de los entrevistados prefieren simplemente describirse a sí mismos como musulmanes) los hogares sunnitas (33%) fueron significativamente más propensos a decir que el conflicto se ha cobrado la vida de un habitante del hogar. La cifra respectiva constituye la mitad para los shiítas (16%)”.

Por otro lado el 9 de enero de este año la Organización Mundial de la Salud informaba que “la ONU y el gobierno de Irak estimaron hoy que más de 150.000 iraquíes murieron como consecuencia de la violencia en ese país entre marzo de 2003 y junio de 2006. Este cálculo se basa en una amplia encuesta nacional de hogares destinada a desarrollar y actualizar políticas y planear servicios de salud”.

Según el informe, uno de los autores del estudio, Mohamed Ali, experto de la OMS en estadísticas, “señaló que en ausencia de registros amplios de estas muertes, así como de partes hospitalarios, las encuestas en los hogares son lo único que queda para aproximarse a esas cifras”.

Sin embargo, destacó que los resultados deben ser interpretados con cautela. “Por ejemplo, en el periodo entre marzo de 2003 y junio de 2006 estimamos que hubo 151.000 muertes violentas en Irak, con un rango de incertidumbre de entre 104.000 y 223.000 muertes violentas”, explicó Ali.

Hace dos años tuvo amplia difusión un estudio publicado en la también británica y prestigiosa revista científica The Lancet, que estimaba en 655.000 los muertos por el conflicto, también utilizando la metodología de encuestas en áreas urbanas y rurales.

Todas estas cifras, provisionales y estimativas, además de aterradoras y escandalosas de por sí, fueron rebatidas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Los funcionarios de la Casa Blanca son más cautos. Basan sus relevamientos sólo en las cifras de víctimas publicadas en los medios de comunicación. Sus números comienzan en 30.000.... lejos del millón que estima la británica Opinion Research Business...pero que quintuplica la cantidad de soldados norteamericanos muertos en Irak.

Un capítulo aparte merece la situación de la economía iraquí, a la que, se supone, alguna vez habrá que reconstruir. Un somero pero informativo reporte, además de detallar la geografía, historia y evolución política del país, señala la prosperidad de su economía a finales de la década del ’70, y el comienzo de su desplome a raíz de la sangrienta guerra que sostuvo contra el Irán de los Ayatolaes en los años ’80. Cabe acotar que el informe del gobierno de los Estados Unidos omite señalar como una de las causas del bélico que desangró a ambos países – sin resultados favorables para ninguno de los contendientes- el interés de las potencias occidentales en “contener” a la revolución islámica. Tampoco relata como esas mismas potencias alentaron a Saddam Hussein, brindándole apoyo económico, armas y hasta laudatorias notas periodísticas en las que se lo mencionaba como el “Robespierre” del medio oriente. publicado por el propio gobierno de los Estados Unidos a fines de febrero de 2003 (semanas antes de la invasión)

Podemos agregar que la debacle económica se acentúa luego de que Saddam Hussein decide invadir Kuwait en 1991, con el objeto de resarcirse de las fabulosas pérdidas económicas y humanas originadas en la guerra anterior, adueñándose del petróleo kuwaití. Pero “Roma no paga traidores”: ni los Estados Unidos, ni la UE ni Rusia (en aquel entonces Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas- en desintegración- y en transición a la actual Federación Rusa) toleraron esta flagrante violación a la carta de las Naciones Unidas (y a los límites que imponen los estados más poderosos): la Primera Guerra del Golfo consistió en una invasión de las tropas coaligadas bajo el paraguas de la ONU, que alentó la rebelión de los kurdos en el norte, y de los shiítas en el sur de Irak.

George Bush padre, por ese entonces presidente norteamericano, obtuvo una vertiginosa victoria militar. Aún así no ocupó Bagdad, ante el temor de que se produjera lo que sucedió cuando su hijo invadió y ocupó Irak en el 2003: la desintegración del estado nacional iraquí, el estallido de una guerra civil, y la desestabilización general de Medio Oriente.

Lo que hicieron Bush padre, y luego Bill Clinton durante sus dos mandatos fue sostener un bloqueo total sobre Irak, sólo aliviado por el programa de las Naciones Unidas “Petróleo por alimentos”.

Aislado políticamente, debilitado militarmente, quebrado económicamente, el Irak de Saddam Hussein sólo podía constituirse en una amenaza formal. Cada vez más impopular entre la población – particularmente entre los kurdos a los que reprimió cruelmente, pero también entre los chiítas- Saddam sobrevivió gracias al apoyo del ejército, la burocracia del partido-estado, y un formidable aparato represivo. Y fundamentalmente, por el temor de las potencias occidentales a Irán.

Hasta que su suerte se terminó, cuando Bush hijo y su equipo de “revolucionarios dentro de la revolución conservadora” decidió que había llegado la hora de reconfigurar la geopolítica de la región en función de los intereses de las grandes corporaciones transnacionales de origen estadounidense.

La guerra de Irak y la recesión de la economía estadounidense

Si bien muchos analistas señalan los motivos económicos que llevaron a la ocupación de Irak, fundamentalmente, los intereses petroleros, ya en el año 2003 el Fondo Monetario Internacional advertía sobre los riesgos que entrañaba para la economía mundial la posibilidad (luego concretada en los hechos) de que la ocupación norteamericana no fuera un paseo triunfal, sino una sangrienta guerra neocolonial de resultados más que inciertos. El Fondo marcaba dos peligros específicos: una escalada en los precios del petróleo, y la incertidumbre prolongada en los mercados mundiales que generaría la falta de resolución rápida de la guerra. En esa hipótesis, las consecuencias serían duras para la economía estadounidense y también para el funcionamiento del sistema económico global.

El analista internacional Paul Isbell, en un excelente trabajo con características – desgraciadamente – anticipatorias, fechado el 12 de marzo del 2003 y titulado “Aspectos económicos de la guerra en Irak”, explicaba que si el conflicto bélico no se resolvía en los primeros 6 meses, los riesgos de recesión para la economía estadounidense se concretarían fatalmente, como finalmente ocurrió.

Isbell explica como los Estados Unidos viven, desde la década del ’90, en una espiral de consumo financiada con crédito externo y déficit público creciente, mientras la economía real no adquiere dinamismo como para respaldar con bienes reales el consumo ficticio. El autor marca específicamente cuáles son los tres factores que, combinados, pueden hacer entrar en crisis la economía norteamericana, y afectar a la economía mundial.

Uno es la suba desproporcionada de los precios del petróleo – lo que finalmente se concretó-. Otro es el aumento del déficit fiscal por los costos directos e indirectos de la guerra – que también ocurrió -. Finalmente, la explosión de la burbuja inmobiliaria generada a partir del crédito hipotecario barato y fácil – lo que también sucedió-.

Los dos primeros factores fueron alimentados por la administración Bush (hijo), y contribuyeron a la generación del tercero. En la ilusión militar y geopolítica de un paseo por Irak, sumado a una posterior guerra con Irán que provocaría la implosión del régimen islámico, los “halcones” condujeron a su país a un callejón sin salida militar, política, y finalmente, económica, de consecuencias internas y externas imprevisibles.

Por ahora, y en la emergencia, George Bush, pragmáticamente, reniega en los hechos del credo neoliberal y toma medidas keynesianas para intentar frenar la recesión en ciernes, como bajar las tasas de interés e inyectar dinero en la economía.

Mientras tanto, se guarda el as en la manga del bombardeo nuclear táctico sobre Irán, con la excusa de los supuestos fines bélicos del plan nuclear iraní (hasta ahora no comprobados). Esta “fuga hacia delante”, sólo puede contribuir a acentuar la inestabilidad del sistema político y económico mundial.

Mas de un millón de civiles muertos en Irak

La agencia británica ORDB da a conocer unos sondeos sobre las victimas civiles en Irak que ya superan el millón de muertos como resultado de la invasión y ocupación estadounidense destinada a robar los recursos petrolíferos del pais. Sin embargo, ni los medios ni los candidatos demócratas se hacen eco de estos datos. Por ejemplo Obama habla en su página web de los irakies desplazados, pero no de los civiles muertos: es como si para ellos no exitieran. Nadie quiere abrir los ojos ni mucho menos hacerse responsable del genocidio iraki.

0 comentarios