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Premios Darwin con Historia...(gracias a historia con historia)

                                      

Un Premio Darwin es un premio irónico que toma su nombre del creador de la teoría de la evolución Charles Darwin, basándose en el supuesto de que el ser humano mejora genéticamente accidentalmente, matándose o esterilizándose por un error absurdo o un descuido. Aunque estos premios vienen “otorgándose ” desde hace unos pocos años, sin duda, la historia está plagada de personajes que son merecedores de recibir este galardón. He aquí algunos ejemplos.

 

Menelik II

El emperador de Abisinia Menelik II (1844-1913) sufría una dolencia del corazón sin que sus médicos acertaran a dar con el remedio adecuado. En vista de los escasos resultados y movido por su fe, cogió su biblia particular y arrancando una a una las páginas del “Libro de los reyes”, se las fue comiendo. Naturalmente, el emperador no sólo no mejoró sino que murió a los pocos días. Eso sí, no fue del corazón.

 

Estatua de Milón de Crotona

El gran atleta griego Milón de Crotona , ganador de numerosas competiciones y famoso por su extraordinaria fuerza, murió cuando en su vejez, quiso acabar de rajar un árbol entreabierto usando la fuerza de sus brazos. En el intento, las manos se le quedaron aprisionadas en el tronco y al anochecer fue devorado por los lobos.

 

Pinkerton(izq.) junto a Abraham Linlcon.

Allan Pinkerton (1819-1884), fundador de la primera agencia de detectives, la famosa Agencia Pinkerton, murió al morderse la lengua en un traspiés y contraer gangrena.

 

Ludovico Pío

Al emperador Ludovico Pío (778-840) tercer hijo de Carlomagno y sucesor en el trono del Sacro Romano Imperio Germánico, se asustó tanto al presenciar un eclipse solar, que literalmente murió de terror.

 

Enrique Granados.

El compositor español Enrique Granados (1867-1916), quién tenía verdadero terror al mar, volvía de Nueva York en el vapor Sussex cuando este fue torpedeado por un submarino alemán. Al sentir el impacto, Granados presa del pánico, se lanzó al agua. Su mujer, que viajaba con él, se lanzó al agua en un desesperado intento por rescatarle pero fue inútil, ambos perecieron. Lo lamentable, es que el barco no sufrió apenas daños y llego a puerto sin demasiados problemas. Granados y su mujer fueron las únicas víctimas.

 

Arnold Bennet

En 1931, el novelista inglés Arnold Bennet (1867-1931), quiso demostrar a las “incultas” gentes de París que el agua no era la causa de la epidemia de tifus. Para ello, delante de gran cantidad de público, se bebió un vaso de aquel agua. Naturalmente, murió de tifus a los pocos días.

 

Robert Leach junto a su tonel.

En 1911, un tal Robert Leach, se tiró por las cataratas del Niagara metido dentro de un barril. Leech sobrevivió a la caida a pesar de romperse casi todos los huesos del cuerpo y una vez recuperado inició una gira mundial para dar conferencias sobre su experiencia. En Nueva Zelanda resbaló con la piel de una naranja y murió a causa de las complicaciones resultantes de la caida.

 

Cinturon de campeón de lucha.

El gigantesco luchador Turco Yusuf Ismael volvía en 1897 de una gira por Estados Unidos cuando el barco en que viajaba naufragó. Aunque todo el pasaje pudo salvarse, Yusuf murió ahogado al negarse a deshacerse de los cinturones de oro que había ganado en sus combates.


 

Visto en el libro:

El Libro de los Hechos Insólitos de Gregorio Doval.

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