fantasmas grises...
Como has estado, como te va.
Un fantasma gris que se cuela por las ventanas cerradas, un muerto que no se deja enterrar, un amigo que nunca quiso ser amigo, un ladrón del tiempo, un paseo de la mano, un atardecer en la playa, un amanecer abrazados, nunca quise serlo, lo sabes, lo se, es mas, yo por años temí a los fantasmas, los odie, vi como se colaban por los rincones vacíos, por entre las peleas, alrededor de las caricias. Se aparecían por el teléfono, entre las amistades que los susurraban, por entre las azoteas...
Un fantasma es un pozo de melancolías, es alguien que se resiste a irse, alguien que ya se fue pero aun queda, un espectro triste o alegre, que suele asustarnos de repente, quizás se valla rápido, pero, lo terrible, lo realmente espantoso es cuando se queda, y entonces, ya a sus anchas, merodeara por donde antes reinabas, y tu te tendrás que ir, quedito, despacio, sin molestarlo, su carga de recuerdos, de abrazos, besos, pasiones y momentos son sus pesadas cadenas, y las hace sonar con fuerza, asi, asi son los fantasmas...
Yo imaginaba como vencer a un fantasma, quise ser mas amistoso, mas cariñoso, busque en libros, películas, hice ejercicios para ser un mejor amante tanto en mente como en cuerpo, fui generoso, patriarcal, comprensivo, no funciono... intente portarme mal con ellas (psicología del al revés), probé vivir momentos únicos, pero, los fantasmas tenían ventaja y solían ganar... Un día, muchos días, muchísimos días después, me sentí descorporizar, algo se alejaba de mi, posiblemente sea que el corazón no aguante tantos golpes, quizás este se detenga, o puede ser que este músculo se endurezca y su cadencia sea diferente, un día, de esos que nos pasan de lado sin darnos cuenta, nos encontramos en la calle fríos y aletargados, caminado en los jirones atestados, entre las tiendas relucientes, entonces, como que nuestro reflejo nos es esquivo como que algo nuestro se inflama, se aleja, y vemos, como entre sueños o pesadillas, que, ya somos, quizás hace mucho, un fantasma...
Entonces, ya la carga es menos pesada, mas bien, la carga se va, nos sentimos liberados, y vemos, con un extraño orgullo en nuestros pechos que, otros serán los que sufran, otros serán los que sientan celos de seres inanimados, que sufrirán en silencio por las noches, que estarán a la espera de alguna noticia nuestra, que verán palidecer sus rostros y desencajar sus facciones, que comprenderán que la amenaza ha llegado a sus tranquilidades y que nosotros reinamos entre las sombras y los silencios, entre las pequeñas peleas, en las soledades femeninas, entre los bonitos recuerdos, y sonreiremos, por que seremos temidos y odiados, peligrosos, siempre a la espera de que nos resuciten, y entonces, nuestra venganza será esplendorosa...
Soy un viejo amigo del pasado, un fantasma gris...
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