Durante toda la edad media y hasta bien entrado el siglo XIX, uno de los entretenimientos preferido por los ingleses eran las peleas entre animales. Especialmente gustaban las de perros contra cualquier otro animal como osos, toros, cerdos, tejones o cosas tan extrañas y peregrinas como leopardos o incluso burros.
Pero hubo una “especialidad” en particular que gozó durante un tiempo de cierta fama y gran número de adeptos. Era la lucha entre perros y monos.
Las peleas se solían celebrar en locales acondicionados para ello, con una especia de foso o ring en el centro y las gradas a su alrededor donde se cruzaban importantes apuestas.
La primera referencia escrita de este tipo de enfrentamientos aparece en 1799, en The Sporting Magazine, la primera revista inglesa exclusivamente de deportes. En ella se narraba (advierto que de forma bastante explícita) el “combate” :
Una inusual pelea se celebró en Worcester. Las apuestas se mantenían en 3 guineas a que el perro podría matar al mono en menos de seis minutos. El propio dueño del perro permitió que el mono pudiera defenderse con un palo de menos de un pié de largo.
Cientos de espectadores se congregaron para ser testigos de esta pelea y las apuestas subían a ocho, nueve y hasta diez a uno a favor del perro al que a duras penas se conseguía apaciguar antes de la pelea. El dueño del mono sacó del bolso de su chaqueta un palo de unas doce pulgadas de largo. Se lo arrojó al mono y dijo:
“Ahora Jack presta atención. Defiéndete del perro.”
El dueño del perro chilló:
“! Ahora ¡ ! A por el mono ¡”
Entonces soltó al perro que se lanzó como un tigre hacia el mono. El mono era terriblemente ágil, saltó más de tres pies en el aire cayó sobre la espalda del perro, mordió su cuello y agarró con una mano la oreja izquierda de su oponente para evitar que se pudiera volver y morderlo. En esta totalmente inesperada situación, el mono comenzó la faena, con su palo, sobre la cabeza del perro. Golpeaba el cráneo del perro con tanta fuerza y de forma tan despiadada que la pobre criatura aullaba de dolor. Resumiendo, el cráneo no tardó en romperse y el perro muerto fue sacado del ring. Y eso que el mono era de tamaño mediano.
Cuadro inspirado en la pelea arriba descrita (1799).
Como en todos los “deportes” (pido perdón por llamar a esta carnicería “deporte “pero era así considerado) siempre había un campeón que destacaba y en este caso se llamaba Jacco Macacco. Jacco era un mono Gibón de unos cuatro kilos y medio de peso.
Monos gibones.
Entre sus hazañas se encontraba la de haber acabado con catorce perros, uno detrás de otro. Su dueño decía que Jacco era capaz de acabar con cualquier perro, que pesara menos de 10 kilos, en menos de seis minutos.
Al parecer, Jacco tenía la habilidad de prever el ataque del perro, momento en el que aprovechaba para rodar bajo él, agarrarse a una pata delantera o al pecho y morderle en el cuello. Jacco fue vencido por un perro llamado Puss aunque finalmente ambos murieron en el combate.
Ilustración de la pelea entre Jacco y Puss(1820).
También, aunque con menos frecuencia, se celebraba una variante con otro tipo de primate, un ser humano.
Pelea entre “Caballero y Bulldog”(1801). A pesar de llevar bozal, la pelea la ganó el perro.
Pero una de las más famosas peleas fue la que se celebró en 1874, entre el perro Physic y el humano(al menos en apariencia) Brummy. Las normas de la pelea eran las siguientes: No se permitían armas, el hombre sólo vestido con los pantalones y “ambas bestias(sic)“ encadenados y enfrentados cara a cara.
Brummy vs. Physic.
Sin entrar en truculentos detalles de como se desarrolló la pelea, baste decir que ambos acabaron hechos unos zorros ya que la lucha fue feroz y se alargó hasta el asalto diez de los once pactados. El combate terminó con un puñetazo de Brummy al perro que lo mandó contra la pared, dejándolo KO durante más de un minuto, por lo que fue descalificado. El hombre fue declarado vencedor aunque todavía hoy en día no se está seguro de quien de los dos era más animal.
NOTA: La práctica de este tipo de “deportes” (perdón de nuevo por lo de “deportes”) se prohibió en 1835.
He comentado en un par de ocasiones que los juegos romanos eran un compendio de varios espectáculos como los gladiadores, las naumaquias o las pantomimas . Hoy toca el espectáculo preferido por los Romanos, el acoso de fieras. Eran unos festejos tan populares o más que el de Gladiadores, es más, ya se celebraban espectáculos con fieras 80 años antes de que comenzaran las luchas de gladiadores. El más antiguo espectáculo de lucha de fieras del que hay noticia ocurrió en Roma y data del año 186 a. C. y casi sin interrupción, se estuvieron celebrando hasta el siglo VI.
Este espectáculo era variado en su composición; unas veces se exhibían sólo fieras, otras luchaban entre sí, y frecuentemente contra hombres. También se simulaban en el anfiteatro auténticas cacerías de animales salvajes donde no se escatimaban medios creando enormes decorados. La mejor conocida las organizó el emperador Probo y es así descrita:
“El espectáculo se dispuso como sigue: grandes árboles, arrancados con sus raíces por los soldados, se colocaban sobre una plataforma de madera de gran extensión que se había recubierto de tierra. De esta manera, todo el circo, plantado de modo semejante a un bosque, pareció florecer con la frescura de las hojas verdes. En seguida soltaron por todos los caminos mil avestruces, mil ciervos, mil jabalíes, mil gamos, mil gamuzas, mil cabritillos salvajes y otros animales herbívoros en tanta cantidad cuanto les fue dado alimentar y encontrar. Hecho esto, dejaron penetrar en el bosque a la plebe y cada uno se apoderó de lo que quiso. Otro día, Probo hizo soltar de una vez en el anfiteatro a cien leones de largas crines. El fragor de sus rugidos parecía el tronar de la tormenta. Se les dio muerte por la espalda a todos estos leones y, mientras morían, no dieron el buen espectáculo que se esperaba de ellos, ya que no tenían ese ímpetu que tienen cuando salen de sus jaulas. A muchos de ellos, que no querían avanzar, se les mató con flechas. Salieron también cien leopardos de Libia, cien leopardos sirios, cien leonas juntamente con cien osos. Parece ser que el espectáculo de todas aquellas fieras fue más imponente que agradable.”
Otras fiestas eran más complicadas aún. El poeta Calpurnio describe una fiesta dada por Nerón, en la que el suelo se abrió y de los abismos salió un bosque maravilloso con árboles resplandecientes por el oro y surtidores olorosos, poblado de fieras de lejanos países. En los juegos que organizó Septimio Severo, en el año 202, la palestra se transformó en pocos momentos en un barco gigantesco, que inmediatamente se desencuadernó, quedando sobre la arena 700 fieras, leones, panteras, osos, bisontes y avestruces, que fueron sacrificados en los 7 días que duró la fiesta.
Los que luchaban contra las fieras se llamaban bestiarios. Existían grupos o familias de bestiarios, que se adiestraban, como los gladiadores, en escuelas especiales y como los gladiadores, también hubo varios bestiarios famosos por sus luchas contra los animales. En este mosaico se puede ver al bestiario Spittara luchando contra el Leopardo Victor (era costumbre poner nombre a todo los animales). Se puede ver que el luchador pelea sobre zancos y es que según cuenta la historia, decía que en igualdad de condiciones era demasiado fácil.
Naturalmente también los acosos de fieras se usaban de castigo para prisioneros de guerra y criminales a los que se ataban en estacas o simplemente se les soltaba entre las fieras.
Tantísimo gustaban este tipo de espectáculos, que en un único festejo llegaban a participar miles de criaturas de infinidad de especies diferentes. Por poner sólo un ejemplo: Trajano, en el año 107, celebró el triunfo sobre Dacia, la actual Rumania, con unas fiestas que duraron 4 meses, en las que intervinieron 11.000 fieras que lucharon contra 10.000 hombres.
El flujo de animales hacia Roma era constante e ingente y tanto preocupaba le elevada mortandad de animales durante los viajes, que se promulgó una ley por la que este tipo de transportes tenían que ser ayudados y mantenidos en cualquier puerto o municipio por el que pasaran. (NOTA curiosa: Al principio, el límite de tiempo que podían estar recibiendo ayuda era ilimitado, pero como hubo numerosos abusos y en ocasiones las estancias se alargaban meses, esta ayuda se tuvo que limitar a 7 días)
Semejante carnaval de muerte trajo consigo la extinción de algunas especies, como el león europeo o el elefante Libio y aún hoy en día se discute si el motivo de que no haya osos en África fue que los Romanos acabaron con ellos.
Visto en:
Circo y fieras en la Roma antigua. Pantomimas y naumaquías - José María Blázquez Martínez
Más:
http://exapamicron.wordpress.com/2007/09/01/los-animales-de-los-juegos-romanos (Blog recomendado)
1 comentario
Giovanni -
http://www.taringa.net/posts/videos/1980097/joven-palestina-contra-soldados-de-israel_.html
Esto es TENER HUEVOS!!!