Sam Alexander: El hombre de los dos rostros ( O el verdadero two faces)...gracias a http://tecnoculto.com
Sam Alexander nació sin ningún defecto físico. En la década de 1920 se esforzaba por conseguir abrirse paso en el mundo del teatro y acababa de ser contratado por el Teatro Shubert en Chicago cuando el desastre se posó sobre su vida. Por su propia falta de precaución, se vio envuelto en una explosión de gasolina y aunque salvó sus ojos al elevar su brazo para protegerlos instintivamente, sufrió graves quemaduras en la parte inferior de su rostro. Para empeorar las cosas, las heridas se infectaron severamente y los médicos se vieron precisados a remover gran parte de su rostro y labios casi hasta el hueso. Como resultado, Sam Alexander quedó con graves deformaciones que provocaban la repulsión de quien lo veía, incluso del personal médico que lo cuidaba.
Tras pasar 13 meses recuperándose físicamente, fue referido con un médico que fabricó para él una prótesis de rostro que le ayudaba a ocultar sus deformidades, aunque la máscara no engañaba a nadie que lo viese de cerca.
Poco después, se enteró por un anuncio en el periódico de que el show de Pete Kortes estaba en las cercanías de donde vivía y asistió al show, presentándose a sí mismo ante Kortes. Se quitó la máscara y el empresario, aún cuando quedó horrorizado, vio las posibilidades que tenía Sam en el mundo del espectáculo y lo contrató inmediatamente.
El acto de Sam Alexander, a quien el empresario le bautizó como “El Hombre de los dos Rostros” consistía en un monólogo en el escenario donde narraba su cruenta historia. Alexander tenía una voz suave y bien modulada y conmovía a la audiencia con la narración de su tragedia. En un momento dado, y sin aviso previo, Sam se quitaba la máscara y aterrorizaba al público, generando expresiones de profunda sorpresa, gritos e incluso el llanto de las mujeres.
Kortes cobraba una buena cantidad a aquellos que se decidían a entrar a ver a Sam, y advertía que no era algo que las personas con algún problema del corazón debieran ver, dado que la impresión podía ser demasiado para ellos. Esto, evidentemente, incrementaba la curiosidad de la gente.
Posteriormente, Sam Alexander consiguió jugosos contratos en circos como el Ringling Bros., el Barnum & Bailey y el Clyde Beatty Circus. También trabajó para el respetado hombre de espectáculos Ward Hall de 1960 a 1967. Después, Sam creó su propio show, reclutando a otros fenómenos de circo.
A lo largo de su vida, Sam Alexander se sometió a 72 operaciones que inteban paliar su horrendo aspecto, aunque los resultados fueron poco exitosos. Al final, Sam Alexander decidió vivir los últimos años de su vida sin la máscara.
Murió en 1997.
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