El afán que tiene el ser humano por aparentar, solamente puede ser superado por su afán por hacer daño. Por este motivo, a nadie debe de extrañar que ambas aficiones, moda y armas, se junten en ocasiones para dar como resultado pequeños engendros como estos.
El anillo que pueden ver en la cabecera es sólo para una Mujer Fatal y no crean que le estoy echando teatro. El modelo de anillo se llama así… “Femme Fatale”. Lo ponía el estuche de piel labrado en oro.
Del año 1870, estaba diseñado para alguna mujer de finos dedos. Realizado en plata y acero, podía disparar siete “balitas” del calibre 0,06.
Pero para mujeres sin prejuicios por mancharse las manos, están disponibles estos lápiz de labios que ocultan una cuchilla.
Para caballeros tenemos un clásico de la elegancia: El Paraguas.
Fabricado en Bélgica en 1870 tenía doble utilidad. Lo mismo vale como cuchillo que como pistola.
Pero si a usted lo que le va es montar a caballo. Entonces no le puede faltar esta práctica fusta-pistola.
Para hombre o mujer indistintamente.
También disponemos, para caballeros que acostumbran a llevar traje, de este dispositivo para la manga de la chaqueta.
El disparador está disimulado en un gemelo. Pero no se preocupe si lo ve complicado porque las instrucciones van incluidas en la caja.
Pero si las temperaturas son demasiado gélidas, lo más apropiado es que lleve guantes. Un guante de este tipo se usa en la escena final de “Malditos Bastardos” del Tarantino.
También puede que les interese estos cinturones-pistola de finales del siglo XVIII.
Aunque son sólo recomendados para las personas más atrevidas y que no teman poner en peligro sus partes.
Y el toque final que no puede faltar a ningún caballero que se precie de serlo. Un elegante reloj de bolsillo.
Estaba realizado en pura plata y además de dar la hora, también te podía dar un disgusto.
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