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“Absolutamente Nada” es el título del primer poemario de Luis León (de quien sabemos poco, tal y como apunta la solapa del texto: Sísifo, chuchuhuasi, Do, viajar en combi, Letat limite, bastones, casco (de astronauta), arcaísmos, boicot, La, pan con chicharrón, Siberia, pasamontañas, manzanilla, tras bastidores, bombines, ¡yonkis!...).
Quiero anotar de los varios poemarios de jóvenes que han llegado a mis manos, quizás, la principal característica es que casi no hay coincidencias en las temáticas y menos en las técnicas de construcción de los textos (en general van desde los ultravanguardismos, pasando por los barroquismos y neobarroquismos –algunos lo llaman neobarroso—hasta llegar al expresionismo doméstico o humanista, dependiendo del caso).
“Absolutamente Nada” recoge la influencia de los poetas clásicos que en la descripción del medio, y como reflejo, van descubriendo el interior del yo poético. El estro es expuesto con timidez calculada para no caer en tremendismo o en una sobre exposición. Aunque algunos versos son todavía irregulares la vena poética de Luis León se impone dejándonos leer algunos poemas que nos indican que la poesía nueva tiene a orfebres que pronto harán brillar el metal de sus palabras. La constancia y la perseverancia harán lo suyo. Cuestión de tiempo y arte de filigrana.
El poemario está dividido en 50 breves “capítulos”, entre los que destacan el 4: Con tu alba color sorprendido/ Deslumbras un pico de mi escritorio/ Ríes y apuras risas/ El pico sonríe/ Muda en oleaje/ Y engulle tu sorprendido color//Ocaso. El 15: ¿Recuerdas cuando reíamos/ El terremoto?// El sí de tu asentido/ Resume los tomos/ Y pinturas de/ tu Sonrisa. El 39: Cuando mi rebuzno se asfixia y se trasviste de manía/ ¡Ay de la luna y sus huestes estrelladas!/Empotrando barbaries sobre las puertas en clausura/ Tanteo con furor los cerrojos del respeto.// En la noche/ Castigo con gritos y tonadas/ Al sepulcro del sueño.// Y a mediodía/ Orino las rosas de una casa con resguardo. El 40: Los barriles conservan el líquido/ Se cocina profundo/ El hervor impregna sabor de lingote.//No existe mayor ebriedad que sostener en la mano puntos/ Suspensivos…// Viendo estrellas en los ojos de mis compañeros/ Doy punto final y/ Conjuro lo último/ Al beber del cáliz/ Brasas. Y el 48: Camino cantidades ingentes de café./ La crema de mis pasos proporciona variados insomnios. // Llego al mar/ Y nado el/ Susto/De saberme/ Despierto.
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