Las mujeres yacentes - poesia.
Las mujeres yacentes.
Como no ser un suspiro inquieto,
Aire y beso sometido a tus
Elevaciones.
Silbando quedo entre tus quebradas
musitando.
Luz de tus noches,
Cavilando.
Bocas que no hablan y,
Sin embargo
Semper et muove.
Caída en picada dos cuerpos,
Pese a todo,
Ambos caen al mismo tiempo.
Más, ahora, abre los ojos,
Raíz y tallo sobre tu tierra,
Plantándose varias veces
sin descanso
en húmeda
Gea.
La suma de los roces,
raíz cuadrada de agonías.
Un cigarro en la cama,
los dedos, aun brillantes,
alumbrando el fantasma expirado
un humo al mediodía.
Ventanas iluminando doce en punto,
y las mándalas,
sobre las sabanas las mándalas,
cargas de soldados lanza en ristre
ante las puerta de tu ciudad
sitiada por mis manos.
Tierra, épico bramar del centauro
cabalgado sobre tus Sierras,
líneas de tinta que colinda con tus nalgas,
¡Lanza en ristre!
Enfilo contra tu espalda, a la carrera.
Resistiendo impetuoso
largas batallas susurrantes.
Las mujeres yacentes tras ardorosas mareas,
musitando entre sueños un orgasmo aun no dormido,
mordiscos y arándanos, lluvia y remolino.
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