Era tan alto. - Poema de Pedro Buitrón dedicado al Supay. Pedro, artista limeño recorriendo el nor oriente peruano.

Era tan alto, alto,

 

que parecia llegar al techo,

pero, de caracter tan tranquilo

que daba gusto estar a su lado.

Sabia de que hablar.

Cuando lo veía sentarse

en la mesa de un restaurante

y alzaba la mano para

llamar... Eran tan largos

sus brazos, mas altos que

yo de pie.

Era inspirador mirarlo

hacia arriba. Sentia

que su altura, era mi meta

virtud en la vida.

Era tan alto, alto...

 

 

Pedro Buitron es un artista perdido en la selva, perdido en Jaen, perdido en el Perú.

Un artista como otros muchos, que se pierden por falta de apoyo, por que deben trabajar en cosas muy diferentes, lejanas al arte. Pedro es poeta, es pintor, es compositor y es cantante de generos que van de la balada al hip hop (aunque su voz actual indique lo contrario...) Es eso y mas, sobre todo, es mi amigo.

Lo acompañaba en sus melancolias, en sus penas y alegrias, en sus bromas, en sus palabras sensatas y en sus sueños y esperanzas. El me acompañaba en mi soledad, en mi caracter jodido, en mis charlas largas y en mis ocacionales risas.

Escribia a veces poesia, mientras comiamos algo donde EL amigo Hugo, restaurante amistoso, con nuestra cebada helada y las meseras sonrientes. A veces se le ocurria algo que luego apuntaba mientras peinabamos la ciudad de cabo a rabo, o por pueblos, cacerios, al lado de la rivera del rio Amojú, por las calles soleadas.

Un dia, esperando traigan la comida, se le ocurrio algo, saco unos papeles y empezo a escribir, acabo y me lo mostro, era un poema divertido sobre su amistad hacia mi. He tenido ese poema en un papel y ahora lo transcribo al blog, donde se que el podra leerlo, y quizas esto le de una sonrisa, le aleje una melancolia, le calme sus pies cansados o al menos le haga recordar que no importa las pruebas que nos ponga la vida, no importa a lo que nos dediquemos ni que tanto esten enterrados nuestros ideales, siempre, para siempre, seremos artistas.

Para Pedro Buitron, yo se que le va bien, siempre con su amplia sonrisa, buscando su libertad y su tiempo, se que un dia pondra un gran restaurante de parrila a la limeña, y bajaran de cacerios y pueblos a probar su sazon, y el estara orgulloso en la puerta, feliz, con su familia.

Un fuerte abrazo, amigo.