¿Se imaginan ustedes entrar en un restaurante y encontrarse al chef de la imagen preparando unos riñones salteados o unos higadillos en salsa? Seguro que a más de uno se le atragantaría la comida.
Pero no teman, lo de la fotografía, como muchos de ustedes habrán imaginado, no es más que una recreación, simplemente un poco de fotosop de los años 40 del siglo XX.
Ya hemos hablado alguna vez de esta tema en estas páginas. Cuando el final de la II Guerra Mundial estaba próximo y la caída del nazismo era inminente, una de las mayores preocupaciones de los Aliados era que el Fuehrer se les escapara de entre los dedos y desapareciera ocultándose entre la “gente normal”.
Por este motivo se realizaron diversos montajes fotográficos sobre posibles aspectos que podría haber adoptado. Pero no solamente fueron gobiernos y servicios secretos los que especularon sobre las diferentes apariencias de Hitler en una vida normal. También la prensa se entretuvo jugando con la cara del dictador tratando de imaginar a qué se hubiera dedicado.
Este es el caso de un periódico canadiense que en su edición del 8 de noviembre de 1944 podía verse lo siguiente.
¿Reconocerías el rostro del Fueher si se asentara en Canadá?
En el artículo, además del Hitler Chef, también se le puede ver como profesor…
Como un simple vagabundo…
O como el tipo que vive al lado.
La cosa no deja de tener su gracia pero a mí personalmente, verle de cocinero, me da un poco de grima.
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