Hace 197 años el Marqués de Sade viajo al infierno a seguir la fiesta de fluidos y depravaciones, ¡Feliz cumpleaños maestro de lo sadico y la sodomia!
Se cumplen 197 años de la muerte del Marqués de Sade
Tal dia como hoy, en 1814, fallecía el célebre Marqués de Sade en el manicomio de Charenton. Donatien Alphonse François de Sade, conocido por su título de marqués de Sade fue un escritor francés, autor de Justine o los infortunios de la virtud, Las 120 jornadas de Sodoma, La filosofía en el tocador y Juliette, entre otras. En sus obras son característicos los antihéroes, protagonistas de las más aberrantes violaciones y de disertaciones en las que, mediante sofismas, justifican cínicamente sus actos. Desde 1834, la palabra «sadismo» aparece en el diccionario en varios idiomas para describir la propia excitación producida al cometer actos de crueldad sobre otra persona.
Donatien Alphonse François de Sade (Marqués de Sade), escritor y filósofo, nació en París el 2 de junio de 1740 en el seno de una familia de la antigua nobleza provenzal. Estudió con los jesuitas en París, siendo su tutor un abad tío suyo, Jacques-Francois de Sade. Al parecer fue observador directo de las continuas orgías que éste celebraba en su castillo.
Se alistó en el ejercito en el año 1754, participando en la Guerra de los Siete Años con tan sólo dieciséis años. Tras la firma del Tratado de París en el año 1763 que ponía fin a la guerra, Donatien es licenciado y abandona el ejército. Contrae entonces matrimonio de conveniencia con Renée Pélagie Cordier de Launay de Montreuil. Es a partir de este momento cuando comienzan los incidentes con la ley por su espíritu libertino, pasando gran parte de su vida encarcelado por delitos fundamentalmente de perversión sexual. No en vano, el termino sadismo se emplea actualmente en psiquiatría para designar el tipo de neurosis que consiste en obtener placer sexual infligiendo dolor a otros.
Murió en el manicomio parisino de Charenton, el 2 de diciembre de 1814, dejando una extensa obra literaria.
Gran número de sus libros fueron calificados de obscenos, y hasta bien entrado el siglo XX estuvo prohibida su publicación. Dentro de éstos caben destacar Justina o los infortunios de la virtud, que reseñamos hoy aquí, Juliette o las prosperidades del vicio, Los ciento veinte días de Sodoma (publicada póstumamente), y La filosofía en el tocador. También escribió textos filosóficos y políticos como, por ejemplo, Carta de un ciudadano de París al rey de los franceses; y, Franceses, un esfuerzo más si queréis ser republicanos.
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