El Palais Concert, Lima, guerrra de trincheras |
La sostenibilidad va más allá de incluir la variable medio ambiental y tiene que ver, mucho más, con el sentido común que con un caja de herramientas para expertos. Lo construido en la ciudad, en el tiempo, tiene un valor que también es cuantificable económicamente. Como dice el reconocido economista suizo-alemán Hans Christoph Binswanger (2009):
[…] El principio de sostenibilidad no se aplica solamente para la conservación de la naturaleza sino también para conservar lo que generaciones pasadas crearon.
Es importante conservar las últimas porque en ellas están incorporados rendimientos productivos que máquinas y aparatos contemporáneos no pueden suplir. Estamos hablando de aquella sustancia material o construida que ha sobrevivido hasta la actualidad. La calidad de un edificio depende en gran medida de las horas hombre que han sido invertidas en su construcción, ello, porque solamente la actividad artesanal puede garantizar una diferenciación creativa, así como la inclusión en el detalle y la profundización. De esta manera, llegamos a un criterio de economía del trabajo que nos dice que lo que tiene un valor por el trabajo invertido no debería ser desperdiciado.
El Kulturkaufhaus, la famosa gran librería en la Friedrichstrasse de Berlín, Alemania |
Pero justamente eso es lo que pasa hoy en día cuando uno reemplaza edificios con un alto valor de trabajo por otros que tienen un valor de trabajo menor. Si consideramos los altos salarios actuales, se explica que es imposible construir edificios con un valor de trabajo y calidad similares a los antiguos. Por eso los criterios para la conservación de inmuebles antiguos deberían ser definidos de tal manera que se incluya el valor económico que estos representan. Si nosotros destruimos este tipo de edificios, destruimos de manera irresponsable el capital económico acumulado. Una fortuna que las generaciones pasadas han creado y producido con mucho esfuerzo y con mucha inversión, y que es parte de la riqueza y bienes de los cuales dispone un país –siempre visto desde un punto meramente económico.[...]
La Librería Ateneo Gran Splendid Buenos Aires, Argentina The Guardian parece tener razón debe ser una de las librerías más bellas del mundo. |
de: BINSWANGER, Hans Christoph (2009). Vorwärts zur Mäßigung.: Perspektiven einer nachhaltigen Wirtschaft. Hamburg: Murmann. S. 191
(Traducción propia)
Entonces: no es lógico, desde una perspectiva de los principios de la teoría económica hablar de una alta productividad de la economía nacional en la que, por ejemplo, las tasas de crecimiento del sector de construcción juegan un rol importante, mientras que al mismo tiempo se destruye y anula el valor económico de lo existente. En la fórmula que calcula el aporte del sector construcción al producto bruto interno hay entonces un error de principio.
Entonces: ¿En los cálculos financieros y de marketing estratégico que desean convertir el Palais Concert en una boutique premium se ha incluido estas otras variables?
En ese sentido me pregunto si hay alternativas para el caso del Palais Concert, que se ha convertido en una guerra de trincheras.
Una lectora y quizá compradora-se sienta al borde del estante de la colección de literatura universal de la editorial RECLAM, Kulturkaufhaus, Friedrichstrasse, Berlín |
Sobre qué hacer con el Palais Concert, es claro que desde una primera mirada hay un dueño y un inquilino, y nadie debería meterse, punto aparte y pasemos al siguiente caso. Sin embargo, dado el valor patriomonial de este edificio, todos tienen derecho a opinar. Pero por ahora la posiciones están totalmente enfrentadas: por un lado los del Palais Concert proyectado para una Boutique Ripley, que va sí o sí, y, por el otro lado el Palais Concert que debe quedar valdelomariano sí o sí. Mientras que una parte demuestra absoluta insensibilidad e inteligencia estratégica en lo que se refiere a su herida imagen corporativa, la otra se concentra en la por todos deseada puesta en valor como un centro cultural, si es posible pasando por una expropiación y dejando aquella desagradable y estresante cuestión del financiamiento de este a que los resuelvan otros.
Pero creo que siempre existe una tercera posibilidad. Pensemos por ejemplo un joint venture de Ripley con alguna empresa editorial como Alfaguara o librería como Crisol, que podrían colocar la gran casa comercial del libro y del conocimiento que todos las grandes ciudades tienen en sus avenidas comerciales más importantes. Cafe Cultural, auditorio, programa cultural, espacios para presentaciones de libro, etc. todos estos servicios podrían ser incluidos y estarían ligados a una actividad comercial que en todas las otras ciudades del mundo funciona bastante bien.
Interiores de la Librería Ateneo Gran Splendid |
Esta casa comercial del libro, como el Kulturkaufhaus en la famosa avenida Friedrichstrasse de Berlín, o la igual de famosa Librería Ateneo Grand Splendid - de acuerdo al Guardian una de las librerías más bellas del mundo - estaría además insertada en las rutas culturales del Centro de Lima, en franco proceso de renacimiento, conectándose con el Museo Metropolitano, MALI, Plaza Francia, Plaza San Martin, Casa de la Literatura y el Jirón Ucayali.
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De esta manera todos ganan: Ripley gana un poco más de dinero y - lo que debería ser más importante para sus altas gerencias en el Perú - mejor imagen corporativa. Alfaguara o Crisol, en caso de participar, ganarían más presencia en el mercado, y la ciudadanía tendría el lugar en el cual acceder a productos del conocimiento y la cultura. Podrían presentarse de manera adecuada nuevos libros, nuevas obras, y uno podría sentarse efectivamente, luego de comprar una enciclopedia digital, el último libro de Vargas Llosa, y otro de Estruendomundo, además de los últimos ejemplares de las revistas de Harvard Business Review y de CICERO Magazin für politische Kultur - lista de compras que podría ser mía, pero que puede ser como a uno le dicte el corazón y el bolsillo - en un nuevo café cultural en el antiguo Palais Concert, para un pisco, un café y una conversación interesante. Temo que tomar café o un pisquito rodeado de los estantes y escaparates de una boutique con finísima lencería, sostenes y vestiditos, corbatas italianas, zapatos para caballeros, y maniquies para las hermosas y los hermosos, lleve el diálogo por ramas que son cultura también pero, que no permiten mucha variedad ni control a la hora de elegir el tema de conversación.
Entonces, ¿qué deseamos para Lima? ¿Qué queremos hacer con nuestros edificios emblemáticos en perfecta ubicación para generar un Centro Vivo?
Interiores de la Librería Ateneo Gran Splendid o Yendo de shopping cultural o consiguiendo conocimiento y acceso a la información en el ámbito de nuestra cultura de consumo. |
Considero que parte de la misión de una Municipalidad Metropolitana es también asumir la tarea de permitir que se encuentren voces e intereses y se generen al final del día consensos y soluciones.
Una actividad cultural rebosante de público ligado a sector conocimiento Kulturkaufhaus, Friedrichsstrasse, Berlín |
Otros links:
http://blog.pucp.edu.pe/item/85324/el-palais-concert
http://controversiarte.blogspot.com/2011/12/jornada-cultural-en-defensa-del-palais.html
Martin León Geyer, Lima, marzo 2012
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juan N. -