Cuando el fotógrafo pasaba por allí - Odio y racismo ancestral, accidentes, muerte y alguna alegria captadas por el lente del fotografo ...gracias a http://kurioso.es
Odio regado con vino
Las calles estaban casi vacías. Me detuve a fotografiar a algunos colonos israelies durante la fiesta judía de Purim. Estaban compartiendo una botella de vino y brindando por el día de fiesta, nada fuera de lo común. Me di cuenta de que una mujer palestina cruzaba por las tiendas cerradas del otro lado. Un grupo de colonos caminaban por medio de la calle en la dirección opuesta cuando uno de ellos dio un paso hacia ella. Yo instintivamente levanté la cámara.
Ella no gritó ni se detuvo, corrió hasta desaparecer tras la esquina. Me quedé enojada y entristecida, como si el vino me golpease a mí.
(Rina Castelnuovo, fotógrafa del New York Times)
No es un vaso de vino. Es un insulto con forma de hoz sangrienta, una guadaña fabricada con la eterna inquina de un pueblo condenado al odio perpetuo. Una imagen que nos recuerda a viejas historias de otro color pero del mismo rencor y aún hoy no superadas.
Quizás la imagen más significativa de las revueltas de la cadena Woolworth se produjo tres años más tarde. Mismas circunstancias, distinto resultado. El 28 de mayo de 1963, en Jackson; Mississippi, un grupo de estudiantes realizaba una de las cientos de sentadas protesta que contra la misma cadena circulaban ya por todo el país. La diferencia es que, en esta, el departamento de policía local pertenecía al lobby segregacionista e hicieron la vista gorda a las violentas reacciones del respetable. En la imagen se ve a cuatro estudiantes -tres blancos y solo uno de color- siendo humillados y vejados por la facción racista con azúcar, ketchup, sal e incluso trozos de vidrio. Al fondo, agentes del FBI con gafas de sol oscuras, observan permisivos la reacción de los acosados para intervenir solo en caso de réplica.
Los ’4 de Greensboro’ en la primera sentada de 1960, y el lugar tal como se conserva hoy en su homenaje.
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La foto dio la vuelta al mundo y ha sido incluida en decenas de manuales de historia y pro derechos civiles. Tres años de movimiento “Sit-in” fueron necesarios para obligar al entonces presidente Lyndon Johnson a modificar la constitución para abolir la discriminación racial.
Y todo comenzó por el pequeño desafío de cuatro hombres.
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Nada hay como encontrarse y admirar una foto no planificada, sino congelada por casualidad para perpetuar una historia casual en el tiempo. Donde el autor es irrelevante frente a la fuerza del suceso. Donde su aportación es siempre testimonial. Llevo tiempo coleccionando asombros, instantáneas que provocan la admiración o sorpresa del encuentro fortuito de un improvisado fotógrafo frente a una anécdota descomunal. Como diría Bresson se trata «solo de vivir y mirar. La fotografía, como caminar, no se enseña, se aprende»… y todos sabemos caminar para tropezar con el famoso instante decisivo.
Un polizón sin suerte
Keith Sapsford tenía solo 14 años y unas ganas locas por conocer mundo. Vivía en un reformatorio a las afueras de Sydney y el 23 de Febrero de 1970 decidió escapar rumbo a la aventura. Caminó hasta el aeropuerto y se coló en el tren de aterrizaje de un DC-8 de Japan Air-lines donde permaneció varias horas esperando el embarque de los que sí tenían un futuro (planeado). Durante el despegue —a 100 metros de altura— el movimiento del retracción de las ruedas provocó la caída de Keith. John Gilpin, un fotógrafo —todavía aprendiendo a caminar— captó involuntariamente el dramático momento durante una de sus sesiones habituales de spotting. No se dio cuenta hasta que reveló los negativos. La imagen le acompañaría el resto de su vida. A mí también.
Eine Zigarette?
El muro de Berlín apenas contaba con 20 centímetros de espesor de hormigón —y del malo—. La historia se ha encargado de engordarlo a base de recordarnos la inmundicias europeas de posguerra. La foto no habla solo de un policía al servicio de un «futuro» ciudadano, habla de un sueño a punto de cumplirse. Estamos en el otoño del Muro de la Vergüenza y de 1989. Un usuario anónimo de Reddit compartió en la red la inédita instantánea de su padre convirtiendo la histórica anécdota en un burdo debate estéril sobre el tabaco. «Let the proud fire of Communism warm your icy capitalist hearts» (Marlboro dream)… That’s America!
Godzilla sobre Boston
En 1984 el Museo de Ciencias de Boston organizó una exposición histórica sobre la vida y orígenes de los dinosaurios. Para trasladar algunas de las piezas delicadas —montadas a escala real— y evitar el espeso tráfico de la ciudad se utilizaron helicópteros civiles. En la instantánea, un brontosaurus —ahora llamado apatosaurus— (Gracias por el dato, @paleofreak) «vuela» amenazante sobre el skyline de la capital de Massachusetts. Esta vez no fue un improvisado fotógrafo sino el mismísimo Arthur Pollock el que recogió el original momento.
¿Qué hace un alce vivo y colgado del tendido eléctrico?
No es el resultado de un rito satánico o de brujería, ni la pérdida accidental de un correo aéreo, ni el trofeo de un monarca despistado con puntería de cazador ebrio. Tampoco la curiosidad de un animal hercúleo. Es simplemente un cúmulo de coincidencias al servicio de un fotógrafo con suerte. ¿Qué le pasó a este cérvido para acabar colgado de una línea de media tensión?
El alce fue víctima de la tecnología humana y de sus protocolos. En octubre de 2004, durante los trabajos de levantamiento de un tendido eléctrico en Fairbanks —Alaska—, el animal merodeaba por alguno de los postes. Cuando los ingenieros tiraron de uno de los extremos, al otro lado del valle, para levantar la catenaria; el bicho se alzó con ella hasta alcanzar la posición de asombro. Ante la tensión ejercida por su peso lo operarios procedieron a revisar por completo el tendido hasta toparse con la original bandera. Le bajaron pero no pudieron desenredar su enorme cornamenta, optando por el sacrificio del inocente animal. Explicación racional a un anécdota singular captada por la cámara de un cazador.
Cómo estropearme la foto en mi flamante supertractor
Hay fotos que permanecen en un cajón durante temporadas por inverosímiles. El Daily Mirror censuró esta por considerarla un fotomontaje para después publicarla y que su historia diese la vuelta al mundo.
Mick Sutterby es el conductor del tractor y responsable del mantenimiento de la jardinería del aeródromo de Hatfield, Hertfordshire, Reino Unido. El 13 de septiembre de 1962, durante un vuelo de pruebas del English Electric Lightning F1, el piloto George Aird tuvo que efectuar una maniobra de emergencia tras el sobrecalentamiento y posterior incendio de su motor. Ante la falta de respuesta de su aeronave decidió eyectar su asiento para salvar el culo. Al mismo tiempo Mick conducía su tractor hacia un fotógrafo —amigo del piloto— para avisarle del peligro que corría al invadir una acequia anegable del campo. El resto de la historia la cuenta la espectacular fotografía.
Andamio para ricos. Accidente de pobres
1960. 500 millas de Indianápolis. El fotógrafo J. Parke Randall estaba preparado para cubrir la salida de la famosa carrera en la curva noreste cuando escuchó gritos a su espalda. Al volverse —sin separar el ojo de su cámara— le dio tiempo a fotografiar cómo un andamio mal diseñado de 30 metros (de los que habían pagado un suplemento de diez dólares para tener mejor perspectiva de la carrera) se derrumbaba por sobrecarga. Dos muertos y 82 heridos que obligaron a cambiar las medidas de seguridad del circuito para siempre.
La belleza del suicidio
Chicago. 1942. Mary Miller estaba sentada en la cornisa del octavo piso del Hotel Genesee esperando su destino. Traje corto estampado, zapatos finos y peinado recogido con un gran lazo. Nada entregado al azar. Una llamada de algún vecino alertó a la policía, que llegó poco después en busca del auxilio imposible. El fotógrafo Russell Sorgi patrullaba hoy con ellos para adelantarse a la (supuesta) noticia. No hubo tiempo a más. Nadie sabe si la presencia de su cámara aceleró los acontecimientos pero Mary dejó caer su cuerpo mientras Sorgi disparaba con su Graflex Speed Graphic para capturar el último aliento de la bella joven.
Como un niño con zapatos nuevos (literal)
No todo son accidentes, caídas o tragedias imprevistas. A veces el fotógrafo inmortaliza un gesto inolvidable, una mueca de esperanza. 1946. Orfanato austríaco. La Cruz Roja se dispone a entregar un cargamento de ayuda en una zona muy castigada por la guerra. Werfel, de 6 años, espera impaciente ser protagonista o portada de algún disco inolvidable. El fotógrafo Gerald Waller (Life) pasaba por allí… ¿o no?
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