Los niños del polvo negro trabajan junto a sus madres reciclando pilas usadas en los barrios de las afueras de Dacca, capital de Bangladesh, junto al río Buriganga. Dependiendo de la velocidad de su trabajo, ganan de 40 a 70 centavos de dolar al dia. Extraen y separan el carbón, el zinc e incluso el plástico de las pilas gastadas. La mayoría de ellos sufren infecciones en el pecho y los ojos.
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